Recordemos un poco el mito de Prometeo (el nombre significa “El que piensa con anticipación”), un personaje que se rebela a los Dioses robando el fuego para entregarlo a la humanidad.
No solamente contribuye a la creación del hombre, semejante a los Dioses, también se le atribuye el dotarlo con algo que lo coloca en una categoría mayor: La Inteligencia. Prometeo dota de vida a la humanidad, y también le da las herramientas que le permitan una independencia divina. En definitiva, les da a los mortales el poder, el conocimiento, y logra hacer que no solamente se rebelen antes las divinidades, permite como decía anteriormente que se independicen y puedan ser libres, con voz.
Bueno, tal como en la mitología aún quedan algunos de estos supuestos Dioses, que se creen intocables y honorables, y que se molestan cuando el simple mortal tiene la capacidad y obligación de cuestionar su actuar o de querer opinar sobre sus conductas.
Pero, ¿Quién es el moderno Prometeo? ¿Con qué podríamos asimilar el fuego que unido a sus beneficios permitió restar poder a los dioses y evolucionar hacia el conocimiento y la libertad?
“El fuego es un símbolo sagrado, dependiendo de cómo se utiliza, puede iluminar o quemar. Él representa la luz que ilumina a los que actúan de acuerdo a su conciencia, proporcionándoles elevación a niveles de dimensiones espirituales (de paz interior). No así para el curioso, para el inconsciente, para el cual se torna en llamas del infierno. Este elemento es también el inicio de la evolución humana, fue el elemento determinante para el salto de una estructura primitiva a una mayormente evolucionada, estructurada, sociabilizada”. (RIQUELME; “Prometeo, el maestro que robó el fuego”.)
El fuego permitió quitar el poder a los Dioses, los volvió humanos, mortales, se volvieron cuestionables, su actuar, su proceder, su honorabilidad, su honradez.
Hoy, el simple mortal, nuevamente tiene el poder, tiene voz que es una libertad que no solamente puede hacerse visible en las votaciones, hoy es diferente, el pueblo, se puede manifestar en todo momento y no necesariamente debe esperar una votación para decir estoy de acuerdo o no estoy de acuerdo.
El simple mortal, hoy hace uso del fuego, va adquiriendo la posibilidad de pensar libremente, y ello hace que se manifieste, hoy, tal como ayer, un Prometeo conectado que nos permitió darnos cuenta de lo irreal de nuestro mundo, al entregarnos conocimiento, información, datos, sin los cuales aún estaríamos creyendo en estas deidades y alimentando su ego y bolsillos.
Los Dioses, intocables y honorables, desde su cómodo sitial en el Olimpo hacen sentir su molestia por lo que los mortales difundan, pero, aparte de eso, ¿Algo más? Nada, absolutamente nada, para ellos no hay sanción, ni un llamado de atención, nada, y su vida sigue tan irreal y tan distante de los mortales que los eligieron y creyeron en sus promesas. Pero… ¿Hasta cuándo los simples mortales soportarán?
Actualmente se vive una recreación renovada del mito de Prometeo, un Prometeo conectado, no encadenado, que se desilusionó del poder de los Dioses para ofrecer a la humanidad el conocimiento, la razón, la libertad de pensar, la verdad, que da comienzo a la civilización, donde en forma simbólica el fuego acaba con un sistema basado en las mentiras, la corrupción y el descaro.
Un Prometeo que despierta en las redes sociales y en la información que se transparenta y recorre cada dispositivo, que se rebela ante los que son tratados como deidades, que a través del fuego, la verdad, logra remecer a los que sustentan y alimentan a los dioses, a nosotros, y que se manifiesta como una recuperación de la conciencia y que hoy se desencadena como una reacción de los oprimidos en la búsqueda de un cambio en el poder.
Internet se está convirtiendo en la primera fuente de información, es el Prometeo que nos permitirá despertar, es el nuevo territorio donde el fuego, que en el mito permitió un desarrollo, a nosotros nos permitirá reaccionar, pues es la verdad hecha información, es conocimiento, un despertar de la conciencia colectiva, donde el pueblo asume su responsabilidad y obligación de ser agentes de cambio ante las injusticias realizadas por estos Dioses, donde la arrogancia y desgaste ético de los que alguna vez fueron elegidos se une a su nula credibilidad y autoridad moral.
El conocimiento, nos permitirá crecer, opinar, decidir, y deberá transparentar a estos Dioses para que veamos al final que son simples mortales, ni siquiera superiores a nosotros, que una vez optaron por ser los guardianes de su pueblo pero al final se transformaron en sus parásitos.
¿Qué hacer?, un Prometeo conectado nos muestra que la denuncia es el camino más eficaz, pero qué sucede si, como ocurre reiteradamente, ¿No se logra nada? Pues quizás el castigo más ejemplar para estos Dioses es el ridículo, el revelar sus secretos públicamente, en síntesis: “Desenmascararlo socialmente” en base a hechos e información válida y concreta. (Algunos Dioses desaparecían del Olimpo cuando debían decidir temas importantes para los simples mortales, así de simple)
Cada uno de nosotros tiene ahora el poder, para decir ¡Basta!, para romper las cadenas que nos atan a años de pasividad y aceptación, a años de una ciega confianza, a años de creer que los Dioses pensarán en nosotros.
El simple mortal hoy tiene voz, que fue liberada por un Prometeo que nos brinda conocimiento y posibilidades nunca antes exploradas, para descubrir un fuego que es la verdad oculta a un pueblo que vivía en tinieblas, el fuego debe iluminar aquellos rincones oscuros y fortificados donde se esconden los secretos de estos Dioses.
Al final, todos nos podemos convertir en Prometeo, de llevar la verdad a los demás, de hecho, ya ha habido varios, como Wikileaks, Ciper Chile, medios que investigan sin temor, ciudadanos que no se cruzan de brazos y quedan indiferentes, hacktivistas, y más que se van sumando gracias a Internet y pueden hacerlo por el camino del Ciberactivismo (www.ciberactivismo.cl), todos ellos y nosotros debemos de alimentar con la verdad el accionar de estos Dioses, porque el hombre fue creado en semejanza a ellos (según la mitología, y como son Deidades, sigamos con esta idea), ahora solamente nos queda que ellos se asemejen a nosotros, esa fue su promesa, ponerse en el lugar de nosotros, el fuego de la verdad debería lograrlo.